La navaja, algo muy típico en nuestra zona, ¿quién no lleva una en su bolsillo?.
Si algo caracteriza a nuestra navaja, aparte de su calidad y dureza, es la tradición. Nuestros bisabuelos, abuelos o incluso padres llevaban o llevan una.
Se ha convertido en el recuerdo favorito de bautizos, comuniones o bodas. Siempre personalizadas con los nombres, fechas, dibujos o emblemas que signifiquen algo para aquel que lo regala.
Regalar una navaja (siempre cobrando al menos 5 céntimos al que se la regalas, por éso de cortar la amistad), es regalar historia y personalizarla, es convertirla en única.